Nos tenemos a nosotras mismas (DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN)


Un garaje en una casa de familia es el escondite que unas chicas actuales eligen para jugar. El objetivo es alcanzar una práctica disciplinada para llegar al momento pautado: matar a una señorita. Eso las une, las convierte en cómplices. Una proposición alucinógena, propiamente infantil, un "método loco" que fracasa desde el mismo momento en que se enuncia y que solo se sostiene por la propia actividad colectiva. Un modo del mundo fetiche, un lugar común de la mujercita. Los vestidos, las muñecas, las joyas, la cíndor, el lápiz de labios, los cds, el llanto, el amor. …Nos tenemos a nosotras mismas es el nombre que mejor documenta esta situación de trabajo de "equipo de chicas" de 13 años. La edad que tienen las actrices es el material más importante de la experiencia, porque la realidad biográfica está para traicionar al argumento, descentrarlo. Toda la escena es clase B, "trucha", terrorífica, teatral en el sentido más básico del término; ellas son las que generan los mecanismos para adornar artificialmente la escena. Ser clase B, entonces, puede ser un valor… Matar o morir… Esa es la implicancia necesaria, por ser la mujercita, tan extrema, tan dramática, tan insoportable e inútilmente intensa... Los vínculos se tornan deformes porque quizás ya vivieron "los besos de lengua", pero hay un lugar demasiado importante para el póster y la FM pop.

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